Capítulo 1

Levanté las manos de forma que podía tocar el techo. Notaba como las ásperas grietas se unían a mi piel, de forma que me hacían cosquillas. Esbocé una triste y débil sonrisa y me asomé a la venta, mientras el viento golpeaba mi cara, rompiendo la capa de calor que cubría mi cara. <<Yo, Siraleria Pinnon Evans, juro lealtad a mi distrito, el 12, propio del carbón y las minas. Tengo 16 años. Estamos en Mayo, mediados de mes, en el Día de la Cosecha.>>-pensé, alzando la mano derecha. Señalé la lluvia que caía lentamente y que poco a poco amainaba, dando lugar al esplendor del Sol, que brillaba con fuerza. Suspiré y cerré la ventana. - ¿Qué haces?-preguntó mi hermana pequeña Iverion. Rubia como los chorros del oro, y con aquellos ojos grises como las cenizas de la chimenea, propios de la Veta. - Recordar quién soy, y qué hago aquí.-dije sabiamente, girando la cabeza para mirarla. Iverion sonrió, y me lanzó una mirada triste, ella tenía 13 años, lo que significaba que su nombre entraba en la urna varias veces, por culpa de las malditas teselas. - Iverion Pinnon Evans.-dije, abrazándola.-No te van a escoger, aunque tu nombre esté seis veces en la urna. No lo permitiré. - ¿Y si salgo? ¿Y si me vuelvo tributo? - No lo harás. Me presentaré voluntaria si es necesario. - No, no lo harás. Dime que no. - Lo haré aunque no quieras. Tú sirves más que yo. Y se acabó. Iverion se enfurruñó, con los brazos cruzados, y la ignoré completamente. Me puse el particular vestido vaquero del día de la Cosecha, con mi común coleta. Al contrario, la rubia se puso el vestido con el pelo trenzado en una pequeñita corona. Fuimos de la mano con mi madre detrás, que no musitó una palabra en todo el camino. Cuando llegamos, vimos la enorme plaza central del Distrito 12, que estaba a rebosar de gente, como todos los años desde que tenía 12 años, fui a la zona restringida de las chicas. - Señoras y señores.-dijo Effie, este año con una peluca de color amarilla fosforescente, y con maquillaje tan naranja que parecía un pomelo recién cortado. <<Esto va para largo>>-pensé, sin oír el nombre de la chica que sería la tributo de este año, la que nos representaría. Sarah Nieble Helland, una joven embarazada de poco tiempo, y muy amiga mía, probablemente la única que he tenido en mi vida, y la única que tendré. - ¡Noo!-chillé, corriendo y chocándome contra chicas que conocía de sobra, y a las que odiaba. Me hice daño en el riñón que tenía en la izquierda. Dolorida fui al escenario. - ¿Qué tenemos aquí?-preguntó Effie, con la papeleta de los chicos en la mano, y me temí lo peor, aquello no, aquello si que no lo podría remediar. Miré a Effie con la mirada fija en su peluca. - Me... presento como... tributo.-dije, jadeando y con la mano en el riñón. - Vaya, no me lo esperaba.-dijo y rodé los ojos, pensando en que yo tampoco. Eché una mirada a mi Distrito, en especial a aquella pequeña rubia de ojos grises que clavaba sus ojos en mi.-Demos una cálida bienvenida a la nueva tributo, que representará a este Distrito. Todo el pueblo estalló en aplausos que iban dedicados a mi. Effie añadió: - ¿Cómo te llamas, querida tributo? - Siraleria Pinnon Evans.-dije, aún con la mirada clavada en la papeleta. - Demos la bienvenida a Siraleria y...- empezó y me estallaron los tímpanos.- Howard Leryanne Swallie. Y que la suerte este siempre, siempre de su lado.

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